Este es el templo del Pabellón Dorado o Kinkaku-ji en Kyoto. Está situado al noroeste de la ciudad y para llegar a este templo como para moverse por Kyoto lo mejor es el autobús (eso nos recomendaron otros viajeros, mejor el autobús que el metro). Gracias a María que hizo estas cuatro fotos, las he podido unir en el photoshop y obtener así esta panorámica tan chula. (pincharla para verla más grande).
Al entrar en el templo, vimos esta campana, por unos pocos yens podías subir y sonar la campana pidiendo un deseo.
En 1397 el sogún Ashikaga Yoshimitsu transformó la residencia que había adquirido a un noble en su villa, el Pabellon Dorado. Después de su muerte, por deseo suyo se convirtió en templo.
Esta imagen es muy bonita, por ver todo el templo y su reflejo en el agua. Había mucha gente visitando el templo.
Esta imagen es muy bonita, por ver todo el templo y su reflejo en el agua. Había mucha gente visitando el templo.
El templo Kinkaku-ji fue quemado por un monje y se resconstruyó a escala. También se restauro varias veces, la ultima en 1990.
En la foto de bajo podéis ver la forma en la que podan los pinos, como si fueran bonsais, soportando sus ramas en distintas alturas y la inclinación que le habían dado a su parte baja era espectacular.
Dimos una vuelta por el templo y vimos este pequeño santuario. Los japoneses creen mucho en la suerte y el destino, fijaros que por el pasillo que nos guiaba para dar la vuelta al templo, desde la valla, la gente tiraba monedas creo que para meterlas en el agujero del centro (si es así no tienen muy buena puntería) y no se si así conseguir algún deseo.
Dimos una vuelta por el templo y vimos este pequeño santuario. Los japoneses creen mucho en la suerte y el destino, fijaros que por el pasillo que nos guiaba para dar la vuelta al templo, desde la valla, la gente tiraba monedas creo que para meterlas en el agujero del centro (si es así no tienen muy buena puntería) y no se si así conseguir algún deseo.
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