Después pasamos a la sala de exposición donde nos mostraron decenas de alfombras y nos sirvieron unos vasos de Raki. (licor anisado diluido con agua de color blanquecino)
Había alfombras muy chulas, algunas de seda, y su precio era muy elevado. Puedes comprar la alfombra que quieras y te la envían a la dirección que les digas sin gastos de envío.
Vimos también como sacan la seda de los capullos de los gusanos. No es más que una fibra natural de origen animal. En la foto se ven colgados ya los hilos de seda y bajo los sacos con capullos secos. Al verlos me acordé que en el colegio tuve una vez una caja con gusanos de seda que alimentaba en casa con hojas de morera a escondidas porque si mi madre los veía los tiraría. Un día los encontró.
El proceso para la extracción de la seda de los capullos es, se dejan secar los capullos con aire o al sol. Una vez secos se cuecen en unas ollas de cobre a 80-100ºC (como se puede ver en la foto de bajo). Entonces se deshilan facilmente. De un solo capullo se puede obtener de 800 a 1.500 m de hilo de seda. Una vez obtenidas las madejas de hilo, se cuecen y se blanquean con agua y jabón para quitar las asperezas, se aclaran y se secan al sol. Finalmente se tiñen con tintes naturales y ya se trenzan y se tejen.
Dejamos a las mujeres que siguieran viendo alfombras y Martín y yo, dando una vuelta por la fabrica encontramos un patio con mesas y en una de ellas un tablero de ajedrez. Rápidamente nos pusimos a jugar.
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